Apreciados Amigos y Amigas, a lo largo de más de diez años dando Conferencias de Superación Personal y Desarrollo Humano, hemos observado aquí, allá y en todas partes la carencia de autoestima en las personas y la necesidad de elevarla. Resulta contradictorio que en los países con el más alto ingreso económico haya más estrés, soledad, tristeza, depresión y suicidios.
Es una ley que todas las personas de manera natural aspiramos lo mejor en la vida: éxito, salud, armonía, paz, prosperidad, etc. Cuando alguien ya no tiene aspiraciones en la vida o ya no quiere vivir es porque carece de autoestima o tiene un verdadero problema psicológico. Lo normal es que los padres quieren siempre lo mejor para sus hijos, los maestros quieren lo mejor para sus alumnos, los enamorados quieren lo mejor para su pareja, etc.
Hacer realidad nuestras aspiraciones en la vida no es producto de la casualidad, el acaso, el azar, la coincidencia, el destino o la suerte, nosotros creamos nuestra realidad con lo que pensamos, sentimos, hablamos y hacemos. El hombre, usando sus facultades maravillosas ha creado la cultura, la ciencia, la tecnología, la religión, las artes, etc., y el poder de pensar, sentir, imaginar, percibir, razonar, comprender, crear, intuir, entre otras, constituyen la riqueza invaluable del potencial humano que todos tenemos.
La autoestima es la base del bienestar, la armonía, el éxito, la prosperidad, la excelencia, la plenitud, la realización y la felicidad que todos aspiramos de manera natural en la vida.
Las personas con baja autoestima son tímidas, tristes, descuidadas y ansiosas; son inseguras y desconfiadas; son pesimistas y negativas; son irritables, agresivas y violentas; piensan y sienten mal de sí mismas y de los demás; tienen dificultad para relacionarse y comunicarse con los demás, etc.
Las personas con alta autoestima se aceptan tal como son, se sienten bien con su cuerpo, son alegres y les gusta sonreír, son felices por lo que son y con lo que tienen, tienen buenas relaciones y buena comunicación con ellos mismos y con los demás, tienen confianza y seguridad, se sienten capaces de lograr lo que se proponen, etc.
Autoestima es la valoración, la aceptación, el amor y el respeto que tenemos de sí mismos y que nos da la confianza y seguridad para vivir la vida. Cuando decimos que la autoestima es la valoración de sí mismos debemos de saber y comprender que no podemos valorar lo que desconocemos. En esencia todos somos seres únicos, valiosos y tenemos una riqueza invaluable que no hay que esperar perderla para valorarla. Hay que valorar nuestra salud y nuestro cuerpo, nuestra riqueza emocional, intelectual y espiritual. Podemos cambiar lo que sea posible cambiar pero debemos aceptar lo que no sea posible cambiar, mas nunca compararnos. La comparación negativa es destructiva, comparación destructiva es querer ser o tener lo que otros son y tienen, cuando en verdad somos seres únicos e irrepetibles.
La felicidad que todos buscamos no la podemos buscar afuera, porque la felicidad es un estado de pensamiento y sentimiento que tenemos de sí mismos. La felicidad no es tener una cara bonita o un cuerpo bonito, pues hay tantas mujeres hermosas y hombre bien parecidos que en este momento están sufriendo, en todo caso la belleza es equivalente a salud y la salud a autoestima. La felicidad no está en las cosas pero todos debemos servirnos de las cosas pues todos merecemos lo mejor en la vida. Definitivamente solo hay autoestima cuando nos conocemos y conforme nos vamos conociendo vamos fortaleciendo, elevando o reconstruyendo nuestra estima.
Es un principio universal que todos los seres humanos somos seres únicos, valiosos y dignos en la Creación y merecemos lo mejor en la vida. Todos estamos dotados de grandiosas facultades creadoras y estamos aquí con el propósito de aprender en la escuela de la vida, conquistarnos a sí mismos y realizarnos en todos los aspectos de la vida y de nuestro Ser.
El hombre es en sí mismo la obra suprema de la creación, pero el hombre psicológicamente es lo que él piensa y siente ser, pues nos convertimos en lo que pensamos, sentimos, hablamos y hacemos. Si tú piensas y sientes que no vales, no vales, pero si tú piensas que eres valioso, eres valioso. Date la oportunidad de pensar y sentir lo mejor de ti y de los demás.
La vida es un reflejo de lo que pensamos y sentimos de nosotros mismos, del auto-concepto e imagen interior que tenemos de sí mismos. ¿Te comparas con los demás de manera negativa? ¿Crees que no le gustas a la gente? ¿Crees que no vales? ¿Te ves mal físicamente? ¿Te dejas insultar o humillar? ¿Te culpas cuando algo te sale mal? ¿Te desprecias por tus errores y fracasos? Las personas nos tratan de acuerdo a la imagen interior que proyectamos.
En el día a día, para no destruir nuestra autoestima hay que evitar pensar, sentir y hablar mal de sí mismos y de los demás; hay que evitar la comparación destructiva, la competencia egoísta y el estrés; hay que evitar las emociones destructivas, los resentimientos, los odios, los sentimientos de tristeza, la depresión, la auto-lástima y la auto-condenación.
Lo bueno de todo es que así como hemos construido una autoestima generalmente pobre, que es el resultado de la formación, educación y cultura que hemos recibido de nuestros padres, maestros, religión, familiares, medios de comunicación y sociedad, cuando queremos y nos damos la oportunidad, podemos reconstruir o crear una autoestima equilibrada y saludable, querer es poder.
El primer paso para reconstruir nuestra autoestima es conocernos a nosotros mismos y conocernos a nosotros mismos es realmente un proceso, pero nadie puede comprender a los demás si no se conoce a sí mismo, nadie puede tener buenas relaciones y buena comunicación con los demás si no se lleva bien consigo mismo. Lo primero que debemos saber es que tenemos una mente maravillosa, creadora, que permite conocernos, realizarnos, hacer todo lo que queremos y obtener todo lo que deseamos. La mente es creadora, la mente crea nuestra realidad del día a día de acuerdo a lo que pensamos, sentimos y hablamos. La palabra hablada, los decretos y afirmaciones positivas tienen el poder de crear un estado de ánimo positivo, construir nuestra autoestima o materializar lo que deseamos. La mente es la que dirige y comanda al cuerpo, cuerpo hermoso, inteligente y perfecto que debemos de aceptar en vez de rechazar porque el cuerpo nos sustenta todo el tiempo. Una práctica del día a día es agradecer por todo lo que tenemos. Sentir gratitud por nuestro cuerpo en vez de rechazarlo es una manera de tener salud todos los días. Además de la mente y el cuerpo tenemos una dimensión o cuerpo emocional y una dimensión o cuerpo espiritual. Y para conocernos mejor también tenemos una imaginación creadora y una intuición previsora.
El segundo paso es la reconciliación y si fuera necesario el perdón. No podemos rechazarnos o rechazar nuestro cuerpo porque enfermamos. Está comprobado científicamente el efecto del pensamiento y sentimiento hacia el cuerpo. Si piensas y sientes que estás saludable, lo estás, pero si piensas y sientes que estás enfermo tu cuerpo se enferma. La reconciliación y el perdón transmutan los bloqueos energéticos, cadenas o paredes psicológicas creados por las culpas, resentimientos, rencores y odios. El perdón es una actividad del amor y para perdonar incondicionalmente tenemos que aprender a amar incondicionalmente.
El tercer paso es justamente el cultivo de la salud que es equivalente a belleza. Y para cultivar la salud hay que practicar los siguientes principios: respirar aire puro y beber agua saludable; comer alimentos saludables en cantidad y tiempo adecuados; trabajar, hacer ejercicio y evitar el ocio; descansar y dormir lo necesario; vestir ropas simples y holgadas; pensar y sentir bien; cultivar los Valores y Principios Universales.
El cuarto principio para elevar o reconstruir nuestra autoestima es aprender a relajarnos y a meditar. La mejor forma de relajarnos es sentir la presencia de la vida en nuestro corazón, sentir gratitud y amor por nuestra vida. La vida es lo más sagrado que tenemos y que hay que aprender a amar. La más grande necesidad que tiene la humanidad en este momento es aprender a sentir. Aprendiendo a sentir gratitud por la vida en nuestro corazón aprendemos a amarnos. Meditar es no pensar, cuando dejamos de pensar empezamos a sentir, sentir nuestra vida, sentir nuestra energía, nuestra presencia e individualidad. Cuando dejamos de pensar abrimos un canal hacia nuestro ser y nos llenamos de nuestra propia energía.
El quinto paso es cultivar los Valores y Principios Universales empezando por el amor y el respeto. Donde hay amor hay armonía y paz, donde no hay amor hay conflicto, caos, dolor y destrucción. Nuestro gran presidente Benito Juárez dijo que el respeto al derecho ajeno es la paz y yo creo que el respeto a la dignidad humana es la paz. Tener autoestima, reconocer tu grandeza y valor no es engreimiento, egoísmo, vanidad, soberbia o narcisismo como algunos suelen pensar, sino consciencia. Cuando te valoras a ti mismo porque te das cuenta de lo que eres y lo que vales tienes la humildad para reconocer el valor, la grandeza y la dignidad de las demás personas.
El sexto paso es analizar, reflexionar y comprender las creencias limitantes y falsos valores que nos impiden tener una autoestima equilibrada y saludable. Si tú crees que no vales es porque probablemente en alguna etapa de tu vida te dijeron y te hicieron sentir que no vales, pero esa no es la realidad, todos somos iguales en dignidad y por eso somos valiosos y merecemos lo mejor de la vida. Pero si tú piensas y sientes que no vales, esa es tu creencia, una falsa creencia, porque somos lo que pensamos y sentimos ser. Si tú piensas y sientes que no mereces es la misma historia, porque todos tenemos dignidad y merecemos lo mejor de lo mejor. La lista de creencias limitantes y falsos valores puede ser extensa, por eso la superación y el desarrollo personal es un proceso donde conforme nos vamos conociendo nos vamos superando y conquistando a sí mismos.
Finalmente el séptimo paso para reconstruir o crear una autoestima equilibrada y saludable es construir o realizar la imagen de nuestro verdadero ser, el ser interno que se expresaba cuando éramos niños y que hemos sepultado con las experiencias desagradables que hemos tenido en la vida, experiencias incomprendidas que generan conflicto, sufrimiento y dolor en la vida de las personas, pero que cuando se comprendan nos darán la sabiduría por la cual estamos viviendo en esta maravillosa escuela de la vida. Si deseas una asesoría, una conferencia, curso o taller contáctanos al Celular y WhatsApp 231 100 0743. ¡Mis mejores deseos de Salud, Armonía, Éxito y Prosperidad para todos!
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